No, yo no escribo

No, yo no les escribo a ellos
no sobre masas celulares,
no de humanos,
ni de personas
ni dignas ni esclavos.
No, no al tiempo,
no a los sentimientos
no a los dialogos cruzados,
no a ti ni a mi
no escribo de nadie
y creo
que no escribo en realidad.
No, yo escribo a la realidad,
escribo las historias,
a lo abstracto e intangible
que puede ser un recuerdo.
Escribo a la existencia dependiente,
a quienes he dado vida
en mi imaginario de personas y animales.
Escribo atrapando fotones que algún niño nombró colores,
que algún niño nombró uno a uno
y yo los repito.
A veces creo que no escribo,
que el azar ható mis manos a manchas
y el mismo azar les dio un sonido.
No, yo no canto sin cantar
sin sonido alguno,
canto por que lo quiero
por que lo soy,
por eso canto.
Perderme en el universo que es la mente sin cuerpo,
no creer que es simbiótico
saberse mundo.
No, yo no escribo a la vida,
ella me narra cada instante,
yo derramo manchas
ellas cobran sentido
y sin leerlas son más que nada
y lo son todo
cuando todo acaba.

El hotel

Eres mi mejor recuerdo,
el paso de la noche a la mañana
el mediodía en la fría mañana.
Y simil te recuerdo
naces como pesadilla
como a quien
no quiero ver nacer
de mi mente
de mis sueños.
Eres el color que veo
al abrir mis ojos
moribundos de agonia
de la agonia del aire frio
que eres y serás
que nunca desee que fueras
en lo que tornaste sin más.
Siento que el aire
fluye por mis ojos,
torturando las lagunas
de esa luna
donde aun vives,
huésped indeseable
huesped de agonía
huesped del ultimo segundo
y el primero y los que siguen
y de todos
los que fueron y no,
huesped de mi mirada absorta
y mis llantos nublados
huesped de mis manos
de mi brisa y mis alagos
y sobretodo huesped
huesped de mi vida
de mi tortura
y gozo
huesped de agonía.

Un poco de tabaco, por favor.

Vas y te miro…
Ella, la otra
ella cierra sus ojos,
las luces de color
su dulce voz canela.
…Te pregunto que miras,
tus ojos no responden,
el aire encendido
de tus labios que me besan
que deseo
y me consumen,
el aire entre nosotros.
De mis pies nace el humo,
me sonrojo y te miro
me miras y veo tus ojos,
me miras, me consumes
y me vuelves a encender.
(Un poco de tabaco, por favor – Alejandro Gonssáless)

De como muere la voz del mundo

Como esas voces
ya nada canta
ni la luz del féretro
en sus mares de lamentos
y despedidas.
Que fueron dos, tres
cientos y solo uno
los que miran al cielo
con los parpados abajo
y su silencio derramado.
Como esas voces
ya nada canta
ya nada canta
ni el abismo en sus cuencas
y manos calcinadas.
Las estelas nacen
al mirar su recuerdo inocente.
Esperanzas e ilusiones
el poder, las razones.
Y miro el desfile,
ese mar de en vida muertos
Te escucho hablar de nuevo
y la marcha sigue
el discurso sigue
el engaño no termina
y tu voz perece.
(De como muere la voz del mundo – Alejandro Gonssáless)

Tu

Un dulce vals donde todos bailan sin siquiera conocerse y amparan su vida en un orgasmo de blanca espuma de mar. Te contemplo mirando tus caderas infinitas, donde el fuego se oculta de la noche y los barcos se pierden en tu magestuoso cuerpo de color cristal y me pregunto si realmente eres la gran portadora de musas que cada noche a los poetas salen a depredar. Hablo solo de una y es sin igual, diosa de vida y creacion, destruccion y romance; me pregunto si eres realmente la diosa del elegante y siniestro oceano terrenal.

XIX.-

Poema escrito por : T.moreno

 

 

 

 

 

 

¿Por qué te dibujaste a grafito?
¿Ya no quieres que te vea?

Se fueron las migas,
Se fueron con tu recuerdo,
Se fueron y no me llevaron,
Se fueron como si nada.

¿Sabes? La tinta es más firme,
La tinta soporta ya mil años.
¿Por qué a grafito?
¿Ya no existes?

Te fuiste como el viento,
Te pintaste en el mar,
Pero aunque me bañe en ti,
No te siento, ya no.

Maldito árbol que no se queda,
Maldito sea el árbol que…
Sin raíces, no queda sujeto.

Pequeño grafito,
¿Dónde están tus raíces?

Muerto entonando su propio requiem

Un segundo que se delata frente a mis ojos, el tormento de verlo pasar, uno tras otro uno tras otro, solo caminando libre en mis ojos el sabor de la vida, el sabor del frío viento mojando el ultimo suspiro; el cielo, como mirar el enorme cielo sin caer, mirándolo de espaldas me veo en su infinito, no veo nada, pero lo puedo sentir, el frío, el semblante amable del campesino, el olor a flores marchitas, el olor del pasto humedecido por los cantaros de los que veo, silencio, el crujir de sus ojos mirando como estupefactos el final; como no desear el ultimo suspiro de la mañana primaveral, el tardío rocío de sus hojas en mi techo, mi lecho, mi cuna; ¡ha!, el silencio de los pasos sobre la lluvia de sus memorias, sobre mi lecho y mis suspiros de vida en los rincones de ella, vida, vida, vida; camino sobre mis mismos pasos, recostado contra mi espalda mirando el infinito mientras contemplo el paso de las nubes congeladas en el cielo, el cielo de mis años de juventud, como deseo esas carreras sobre la tierra donde duermo, mi boca yerta sobre mis labios, el rocío, el rocío sobre mis pestañas y el campesino corre sobre sus incredulos pies; ahí viene ella; sueño ya sin poder soñar, mirando el horizonte del final en un instante tan corto y maravilloso, como te quisiera recordar, segundo de mi vida, segundo del todo por detrás, lo definitivo; llegando en su caballo con mis ojos perdidos en los suyos, en ese segundo solo imagino los velos. Nunca me gustó el negro, pero me lo imagino justo ahora en las cabezas de los que me ven bajando poco a poco al ultimo instante de mi respiración letal.

Caminando de cabeza

Que fácil pensar en caminar
cuando tenemos las palabras
y esos sueños tuyos dejas pasar.

Acostumbrarse al duro camino
de piedras calientes y no pensar
como es que te queman las manos
y obedecemos sin criticar.

Quiere vendernos lo que pisamos
aunque se encarga de prender carbón.
Quiere comprar lo que pensamos,
sacarnos del camino el muy cabrón.

Desde lejos dice ser la ayuda
haciéndonos caminar al revés
con las manos en la roca dura
que el calienta mientras no lo ves.

Apaguemos ya esa caldera
de distantes papeles sin valor,
caminemos como antes era
y que el canalla vuelva a su lugar.

Tu sujeta sus pies para quemar
al tirano en su sillón dorado,
mientras el llora vamos a celebrar.

Soneto N°2

Si en el fuego cayese el infierno mismo,
si en los cielos del señor existiese el mar,
si en mis manos estuviese tu destino…
por tu bella mirada no habría de clamar.
Si de las rosas lloviese yo a tu lado,
el cielo infinito a ti te podría cantar.
Si en el cristal el futuro está borrado,
nuevo futuro en poemas por declamar.
Cuando no está el cielo y todo es nublado
en tu fuego quisiese poder descansar,
mirarte por siempre a ti a mi lado
y jurar que por siempre te voy a velar,
pongo yo mi alma en tu sepulcro cerrado
que en la vida y en la muerte te voy a amar.

Aunque invierno siempre caiga

Se aproxima la brisa
dulce y placentera
cálida y como tú, hermosa.
Una palabra, una risa,
un canto sereno,
en un largo reflejo, dulce risa.
Ameno panorama
aunque invierno siempre caiga
bajo el cálido brazo
invierno cae al ocaso.
Dime…Tú dime,
solo dime laguna de día
¿por qué no hay tarde sombría?
Se aproxima la brisa,
dulce y placentera, hermosa,
como tú, chica buena moza.